El reacomodo de las fuerzas y el mapa político de México

  • Morena, PT y Partido Verde tienen la mayoría absoluta, aunque no es mayoría calificada.
  • El INE es la institución con mayor confianza del país, con un índice del 75%.
  • No cambió la correlación de fuerzas preexistente. AMLO mantiene su hegemonía y poder: 16 gubernaturas y puede aumentar.

Ayer por la tarde, Sinergia AMAI-AVE llevó a cabo el panel “Situación histórica para nuestro futuro”, en el que fue posible comprender el reacomodo de las fuerzas políticas y el mapa político de México a raíz de las pasadas elecciones intermedias del 6 de junio.


Ulrick Noel, consejero de AVE y director general del Instituto de Emprendimiento, Eugenio Garza Lagüera, del Tecnológico de Monterrey, moderó el panel. Se contó con la participación de Francisco Abundis Luna, director asociado de Parametría S.A. de C.V.; Dania Paola Ravel Cuevas, Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE) y Sabino Bastidas Colinas, director general de Pensar Diferente Consultores.


Posible comportamiento de los grupos electorales
En su intervención, Abundis explicó el panorama político en nuestro país en términos del posible comportamiento de los grupos electorales.
“Morena ganó dos terceras partes de la cámara (300 no es un número menor) y Movimiento Ciudadano fue una gran sorpresa para todos. Morena más el PT y Partido Verde tienen la mayoría absoluta, aunque no es mayoría calificada.


“Más allá de lo que pasó con el Congreso y los estados, Morena gobierna ya la mitad del país: 16 estados, PAN 8 (antes tenía 10), PRI 4 (antes tenía 2), seguidos por Movimiento Ciudadano el cual no contaba con ninguna gobernatura anterior, ganando el estado de Chiapas y finalmente Partido Verde. Se dijo que aún faltan 6 elecciones en 2023 y Morena podría estar gobernando 20 o 21 estados antes de 2024. En número de estados, Morena hoy gobierna la mitad del país, que no es lo mismo que la mitad de la población”, indicó.
En cuanto a tendencias, explicó se ha observado que: a mayor escolaridad mayor voto por el PAN, a menor escolaridad, mayor voto por PRI o Morena. Y un hallazgo importante fue que a menor edad mayor identificación con una clase social más alta (el 70% de la población se considera de clase media o media baja).


En términos de partidos, en 2021 la gente votó muy parecido a 2018. La gente votó más por el partido que por un candidato en concreto. Los temas dominantes fueron: Inseguridad (medular para el PAN), economía (fundamental para el PRI), corrupción (muy importante para Morena) y salud (PRI), en ese orden.


El tema de la Inseguridad ha dominado desde 2012 hasta ahora. El de la Corrupción empezó a ser importante en 2018. Cabe destacar que Calderón llego a la presidencia con una aprobación similar o por arriba de la de López Obrador.

El tópico de la Economía es percibido como bueno por los morenistas, opinión que no comparten priistas o panistas. “Esta percepción varía en función de si la gente recibe programas sociales en lo particular o no”, explica Abundis.


En cuanto a la cobertura mediática del proceso electoral, es relevante el crecimiento de Internet que en 2012 era de 10%, en 2018, de 14% y en 2021 del 25%. Finalmente, respecto de la Consulta del próximo 1 de agosto, 81% está de acuerdo, 15% en desacuerdo y el resto no sabe.


Implicaciones al interior del INE
Durante su participación, Dania Paola Ravel Cuevas expuso los posibles alcances de una eventual reforma política electoral. “El pasado 15 de junio, AMLO anunció una iniciativa de reforma constitucional de este tipo, tendiente a eliminar los espacios plurinominales en las cámaras del Congreso de la Unión, lo que anularía la representatividad de las minorías. Otra de las propuestas es reducir el financiamiento de los partidos políticos para minar el poder de la oposición”.


Pese a la pandemia, los altos índices de violencia y desacreditación mediática de candidatas y candidatos, durante el Proceso electoral de 2021, la ciudadanía refrendó su confianza en el INE, esta paso del 60% previo a las elecciones a 75% después. Es la institución con mayor confianza del país, expusieron los participantes.


Ravel Cuevas enfatiza que “no es necesaria una reforma al sistema electoral a nivel nacional. Este se ha venido construyendo desde hace más de 30 años y ha logrado que exista una equidad en la contienda y paridad de género, pese a los vacíos legales al respecto”.


Del 2015 a la fecha, existe el INE como tal y cuenta con personal altamente calificado, así como con la participación cívica de los mexicanos y mexicanas como funcionarios electorales u observadores electorales. “Es un sistema que funciona bien, se puede perfeccionar, pero no transformar de raíz, una reforma debe especificarse puntualmente en las áreas de oportunidad”.


En opinión de Ravel Cuevas, “las reformas no deben atentar contra el sistema democrático y la pluralidad del congreso en aras de reducción del presupuesto, como sugiere la eliminación de diputaciones de representación proporcional. Se trata de reproducir lo más fielmente la adecuada representación de las minorías.

“Debe prevalecer el sistema de contrapeso y asegurar la representatividad. Lo propuesto no es democrático pues prevalece un desinterés por escuchar y atender las demandas de las minorías. Ninguna fuerza política cuenta hoy con la mayoría calificada”.


Subraya que “el mecanismo para elegir a los gobernantes funciona, el desempeño de ellos en el poder no, y aunque eso no tiene que ver con nosotros, eso afecta al INE como árbitro. Hacemos un proceso para que no haya fraudes, que los votos de todas las personas cuenten para que una persona llegue a un cargo público, pero esas personas no dependen del INE y nos cargan la responsabilidad de quienes no entregan buenas cuentas”.


En la pasada elección intermedia se mantuvo la correlación de fuerzas preexistente
En opinión de Sabino Bastidas Colinas, “al término de la elección 2021, se generó una disputa narrativa por saber quién ganó, pero no cambió la correlación de fuerzas preexistente. AMLO mantiene su hegemonía y poder: 16 gubernaturas y puede aumentar”.


En 2022 se discutirá la revocación de mandato con adversarios muy pulverizados. Y para las elecciones 2024, AMLO llegará en condiciones muy favorables con un presidencialismo poderoso propio. No llega al poder escalando en una estructura militar o partidista, sino a través de un movimiento social con causas vigentes, como la pobreza, desigualdad social, vulnerabilidad del nivel del ingreso y la nula movilidad social.


Asimismo, el sistema de partidos está muy debilitado y controvertido. Por una parte, el partido del presidente no está institucionalizado y depende de la decisión personal del él. Por otra, la oposición no tuvo elementos para convertirse en una opción política:


“El presidente viene a ser el canalizador de la molestia y el conflicto social de México. Para 2024 se prevé un escenario político profundamente fragmentando; no hay partidos con capacidad para ser alternativas para la alternancia. AMLO es el dueño de la arena política. No hemos logrado cambiar la conversación, solo somos repetidores de lo que él hace”, refiere Bastidas Colinas.


Hace hincapié en que “buena parte de la sucesión presidencial depende de cómo se comporten las fuerzas izquierdistas en la elección. Todas las causas y temas que llevaron a AMLO al poder siguen vigentes y él puede echar mando de ellas en cualquier momento para darle solidez al sistema”.


Señala que “en 2024 pudiéramos enfrentarnos a un sistema político en el que tengamos democracia pero debilidad de partidos de oposición. Tenemos un buen sistema democrático; la gente sigue teniendo entusiasmo por la democracia y lo ha demostrado con su participación pese a la inseguridad y pandemia. No obstante, los partidos, diputados, gobernadores, producto de la democracia, no tienen la misma credibilidad que el INE”.


Concluye que “hay mucha desesperanza. AMLO sigue siendo un fenómeno político que debemos entender para transitarlo hacia la democracia y evitar la tentación de caer en un sistema autoritario. No estamos descansando en la institucionalidad. Cuando AMLO desaparezca va a generar inestabilidad. El peor escenario es tener un presidente fuerte en un Estado débil y eso es lo que está sucediendo”.

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