Enamoramiento y amor en la publicidad.

Al recordar la obra de Francesco Alberoni en la cual trata el proceso del enamoramiento, presentándolo como parte de una estructura del estado integrador de los individuos, la familia, la sociedad, la política y la cultura, me viene la idea del papel que ha desempeñado la publicidad y el marketing con el público. No sólo por el hecho de que los anuncios se apoyan en diferentes manifestaciones del arte y de ser parte de la vida cultural de una sociedad, a través de campañas ya sea, sociales, defensoras de alguna causa o las que simplemente terminan por incorporar expresiones (frases o modismos) en la cotidianidad del espectador, sino más bien, por la relación que se entabla entre dos entes denominados: marca y target o público objetivo.

 

Una interacción que podemos ir identificando paso a paso, desde el simple vistazo, “un reojo”, el acercamiento, el cortejo, la conquista y la plena manifestación del amor, hoy llamados seguidores o fans, me refiero a la apropiación de una marca por sus consumidores.

 

Hasta hace poco podíamos considerar, que si una marca pretendía salir en búsqueda de nuevas conquistas, se exhibiría en los medios masivos tradicionales, la pantalla de la televisión la haría verse bien, su voz en el radio la llevaría a estar al lado de su objetivo, casi en cualquier parte, y los impresos, serían su aparición sorpresiva, para llegar a estar en las propias manos del consumidor.

 

Hoy, el candidato a ser conquistado ha diversificado sus lugares de contacto y ha abandonado los canales tradicionales, en que antes la marca lucía encantadora. El espectador dejó de conformarse con la “cara bonita” del producto, para pedirle en cambio, que le de experiencias, historias, contenido, hasta llegó a pedirle que ni se le presentara de frente ni tan seguido.

 

Para ello, recurrimos a nuevos medios, nos volcamos a medios digitales, buscamos y promovimos a los llamados influencers, pasamos de los formatos de redes sociales, de horizontales a verticales y otra vez a horizontales, nos fuimos a buscar ideas de 18 segundos… no, mejor de 6, y si son 2 minutos… mejor regresemos a los segundos. Todo, para lograr un like o que lo compartan.

 

Las mariposas en el estómago.

 

Ya no podemos pensar que la experiencia extraordinaria se debe a las virtudes del ser amado, sino a las vivencias que las marcas pueden llevarnos a experimentar, esas que tocan las fibras, las que se comparten, para ello se debe entender a un público cada vez más diverso, cambiante al igual que su entorno, estar al día en las tendencias y sobre todo, estar abiertos a la innovación, experimentar… arriesgar, sin poner de por medio, “la cabeza” de alguien (dígase gerente de marca, brand manager, creativo, agencia…), que así, sin creer, confiar o valorar al equipo o a las ideas no se conquista.

 

Mtro. Salvador Mejía

Dir. Creativo. Docente de la maestría en Mercadotecnia Estratégica con especialidad en Publicidad.

Fuente: Universidad del Pedregal.